El sendero GR-7, que está balizado en su totalidad, a su paso por la comarca del Valle de Lecrín, comunica las poblaciones de Lanjarón y Nigüelas. En Lanjarón arranca el sendero nada más que cruzar el barranco del Salado. A la entrada del pueblo sale un carril a la izquierda, entre el Mesón el Frenazo y la antigua factoría embotelladora de aguas. Estamos a 700 metros de altitud. Subimos siempre por la misma pista amplia y ascendente. Pasamos junto a una repoblación de pinos. La cuesta es de fuerte pendiente. Continuamos ascendiendo. A 4 kilómetros de nuestra salida, a unos 1.200 metros de altitud, nos encontramos con el paraje denominado Pedro Calvo. En las inmediaciones de este paraje existe una fuente y abundante arboleda. Aquí descansamos, después enlazamos con un carril que nos bajará a Nigüelas.

En este lugar tendremos que estar muy atentos a la señalización del sendero pues existe una encrucijada de caminos. El ascendente se adentra en las faldas de Sierra Nevada en dirección a las Casas de Tello. Nosotros nos dirigimos en sentido descendente hacia la izquierda en busca del Valle.
El terreno es muy quebrado y tenemos que ir despacio. Estamos situados en el punto de mayor altura del sendero en su recorrido por el Valle de Lecrín. De aquí a Nigüelas nos quedan ocho kilómetros de suave bajada que en algunos tramos se hace muy abrupta. Abajo, al fondo, divisamos el valle del río Torrente, hacia el que se dirige el sendero. Existen masas boscosas de pinos Carrasco y algunos ejemplares de castaños y encinas. Las laderas están cubiertas de matorrales de romeros, retamales, espinales y tomillos entre otros. Más abajo, los montes están cultivados de almendros.

A cinco horas de nuestra salida de Lanjarón, llegamos a Nigüelas. El itinerario descrito comprende una ascensión seguida de una bajada en ligera pendiente.