Los vecinos de Lanjarón comienzan la celebración de la Santa Cruz en el día de su víspera ya que durante la tarde del día 2 muchos son los vecinos que en sus calles levantan altares en honor a la Santa Cruz, unos altares que velaran durante toda la noche hasta la llegada del alba. Al día siguiente, por la tarde, todo el pueblo acude en romería hasta la ermita de la Cruz, situada a las afueras del municipio, en el tajo del mismo nombre. Allí todos disfrutan de sus meriendas compuestas principalmente por el típico Hornazo, pequeños panes con huevo cocido en su interior al igual que de los cantes y bailes populares.